Samuel, celebramos la vida.

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En el camino se escriben muchas historias, la mayoría de ellas pasajeras y quedan en el olvido, otra tantas, cubren los espacios y nos dan motivos para seguir y renovarnos. Hablando de estas últimas, tomamos una, que por muchas razones merece atención especial.

Samuel, es un pequeño que al momento de escribir estas líneas tiene apenas tres semanas de vida. Hijo de una Maestra tejedora (rango máximo entre las tejedoras en Táabal) de 25 años. Nació después de escasos 7 meses de gestación en Tibó, paraje perteneciente a San Andrés Larrainzar.  Sin servicios de salud cercanos (para llegar al hospital hay que caminar 30 minutos y luego tomar un transporte por 20 minutos más), una partera tomó en sus manos el reto de traer a Samuel a este mundo, usando las habilidades aprendidas de su madre, en pocos minutos puso en posición al bebé para que un par de horas después respirara sus primeras porciones de aire. Por las condiciones y lo delicado del nacimiento prematuro mantener a Samuel con vida ha significado hasta el día de hoy un reto diario y la dedicación total de sus padres.

El trabajo artesanal de su madre significaba el 80% de los ingresos familiares, el embarazo y el nacimiento sorpresivo hicieron que hoy este ingreso no exista. Para ello Táabal empleó su programa de asistencia de emergencia y ayudó en la primer etapa, al mismo tiempo capacitó al padre para retomar la actividad textil. Esta situación no solamente compensó la situación financiera de la familia sino que aportó nuevas ideas a los productos que producen para la marca.

En honor a la llegada de Samuel a nuestras vidas y en reconocimiento de la audacia, entereza y fortaleza de sus padres para enfrentar con firmeza y gran visión la adversidad, Táabal lanza una nueva línea de bufandas tradicionales, bufandas infinitas (Nukil) y huipiles de verano, hechos totalmente por esta familia. Puedes ser parte de su historia y tener una de estas piezas que no solamente cargan con una nueva vida, sino que contienen una técnica novedosa y depurada de tejido que nos regala una textura nunca antes tejida en la región.

El que fue pedido a Diós (significado hebreo de Samuel), reirá mucho, vivirá mucho y será muy feliz. De eso estamos seguros.

 

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Zinacantán

Por muchos años ha sido una de las comunidades indígenas más importantes cultural y económicamente. Un municipio tzotzil que ha mantenido su importancia a través de los años a pesar de los profundos cambios históricos y sociales de la región.

En sus orígenes, la región era conocida como Ik’al Ojov (Señor Negro) pero con el tiempo y debido a la aparente adoración de los habitantes a los murciélagos que habitaban en una gran cueva el nombre cambió a Sots’leb (Lugar de murciélagos). Con el paso del tiempo y después de la invasión de las tropas aztecas el nombre se tradujo a Zinacantlan para que después, con la llegada de los españoles se denominara como actualmente la conocemos: Zinacantán.

La tradición artesanal del municipio es sobradamente reconocida. Los domingos de mercado son una muestra excepcional de las habilidades de las innumerables tejedoras del municipio. Hacen gala de su hospitalidad y su talento en un día a la semana en donde todos son bienvenidos. Esta tradición y el dominio espectacular del telar de cintura de algunos de sus habitantes son claves en el desarrollo de la piezas de Táabal que cuenta con dos grupos en este municipio, uno en su cabecera municipal y otro en el paraje de Nachig, ambos grupos organizados por el proyecto mostrando una adaptación y evolución en la técnica y controles de calidad insuperables.

Telar de cintura

 

Esta técnica de tejido es el pilar principal en el desarrollo y diseño de los productos de Táabal, ya que cerca del 90% de ellos está hecho en esta técnica.  Se llama así, telar de cintura, debido a que quien teje ajusta el telar por un extra,o a su cintura mediante un ceñidor de cuero llamado mecapal y por el otro extremo a un árbol o pilar firme.

Este telar se crea mediante una estructura que comprende un tendido de hebras de hilo dispuestas verticalmente respecto a la tejedora, este tramado se conoce como: urdimbre. Una vez tendidos todos los hilos, que son los que determinan el ancho del tejido, se entrecruzan con otros hilos atravesados en ángulo recto, conocidos como: trama. Estos hilos son conducidos por una lanzadera generalmente de madera. El tejido se aprieta con una tablilla de madera pesada y afilada llamada espada o machete con la que la tejedora jala con fuerza hacia sí.

Así, hilo a hilo, se va construyendo cada uno de los tejidos en donde la creatividad, el diseño, la habilidad y el dominio de la técnica combinados dan como resultado piezas de gran calidad y complejidad imposibles de imitar.